La clave

martes, 26 de abril de 2005

 

Mente en blanco... Algo que no muchas personas logran hacer, porque siempre se termina pensando en algo... De pronto, una idea se cruza... Una pregunta sin respuesta... La mente vuelve a funcionar... recuerda, olvida, pregunta, responde, inventa, ilusiona, y nuevamente destruye todo lo creado...Otra vez el silencio en tu cabeza... Otra vez logras lo imposible, pensar en nada... Pero todo es un círculo sin fin y quieras o no, los pensamientos vuelven, revolucionan tus ideas y se van, dejando cada vez más desorden, más preguntas sin respuestas, sin aclarar nada, al contrario, oscureciendo todo...Esta vez la mente funciona por tu cuenta, porque quieres intentar encontrar la respuesta a esa pregunta y volvés a lo mismo... recordás, olvidás, preguntás, respondés, inventás y hasta suponés, pero nunca llegas a nada... Porque la solución no la tenés vos, la tiene otra persona... Pero no te animás a preguntar, te aterra la respuesta y preferís que las dudas te carcoman antes que enfrentarte a la realidad...Otra vez el vacío... El torbellino de ideas por fin se alejó, pero te dejó confuso, con más dudas que antes y con el sentimiento de no estar haciendo lo correcto...La conciencia te traiciona y te hace nuevamente partícipe de ese juego que no tiene final... De ese juego en que las preguntas se responden con otras preguntas... Y te ves enredado otra vez en lo mismo, te encontrás preguntando, respondiendo, recordando, olvidando, inventando... Pero el final es el mismo que el anterior... Todo se termina destruyendo con una sola cosa, con una sola palabra... Está mezclada entre tus ideas y la ves, pero finges no verla... Y se pone frente a tus ojos, pero la apartas con un brusco movimiento de tu cabeza, o simplemente te ríes, porque no puedes llegar a aceptar que solo eso pueda ser la clave para obtener la tan ansiada respuesta, convenciéndote a vos mismo de que ese conjunto de 4 letras es solo una idiotez, que no existe, que no tiene sentido, o que en tu vida nunca va a aparecer...Por fin te das por vencido y decides vaciar nuevamente tu mente, y lo logras... Pero esa palabra sigue ahí, sigue intacta... Intentas arrancarla y no puedes... Hasta que decides abrir tus ojos para ver lo que verdaderamente es... Y mágicamente la pregunta se responde, porque frente a ti esta lo que necesitabas para darte cuenta, frente a ti esta la persona que tenía la otra clave... Y en ese instante entiendes que ese conjunto de 4 letras es lo único que verdaderamente necesitas para entender todo lo demás... Ese conjunto de 4 letras, esa palabra, es el pasaporte a otro juego sin final...

Romy
24/04/05

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