Me sumerjo en un sueño sin sueños, en un lugar donde los recuerdos no se vuelven pesadillas; donde no hay bien ni mal; donde no hay lágrimas que derramar; donde mi corazón, aunque débilmente, sigue latiendo...
Me sumerjo en un lugar de ensueño, donde ya no puedo escuchar los gritos desgarradores de mi alma.
domingo, 9 de septiembre de 2007
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