La venganza es el tónico vital para cualquier alma destruida. Se precisa se utiliza, se vive, se sufre, pero a la vez se disfruta como uno de los tantos placeres.
La venganza mata tanto al que la blande como una espada, como al que es atravezado por ella, solo que el primero muere con el placer de haber vengado su alma ya deshecha.
Venganza... venganza... mata y hace nacer. Destruye y construye muros nuevos. Invita a probar de sus labios, pero envenena a quien cae en sus lazos.
Vengarse es malo... o tal vez sea bueno... pero hoy en día, es lo único que poseo.
viernes, 6 de julio de 2007
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